NECRÓPOLIS DE SIETE IGLESIAS Y PUENTE MEDIEVAL:

14.04.2019

¡Subid a la atalaya y admirad las vistas!. Os dejarán con la boca abierta.

- UN POQUITO DE INFORMACIÓN SOBRE LA ZONA:

Sieteiglesias es una de las tres poblaciones que desde el año 1973 conforman el municipio de Lozoyuela-NavasSieteiglesias.

Parece que su origen se remonta a época romana, ya que recientes investigaciones indican que se encontraría sobre una ramificación norte de la vía XXV del itinerario de Antonino. Esta vía unía el valle del Jarama con Sepúlveda a través de la sierra, por las tierras más llanas y accesibles; así el camino iría de Torrelaguna a El Berrueco, por el lado este del Cerro de las Cabreras, cruzaría el arroyo Jóbalo por el "puente romano" y atravesando Sieteiglesias hacia Mangirón y Buitrago de Lozoya.

En época árabe esta área fue durante varios siglos una zona de frontera, de cuya época data la construcción de una línea de atalayas defensivas levantadas en el siglo X; y durante el resto de la Edad Media, la vía romana se convirtió en una importante vía pecuaria que activó la economía de la zona.

A partir del siglo XI, Sieteiglesias queda unida al territorio de la "Tierra de Buitrago". A lo largo de los dos siglos siguientes la población se va organizando en torno a un sistema feudal basado en los concejos, primero en torno a Sepúlveda y luego a Buitrago. En esta época entrará a formar parte de la economía la agricultura de secano, aunque el elemento de mayor importancia económica seguirá siendo la ganadería.

Durante el siglo XIV, el pueblo pasó a formar parte del Señorío de Buitrago, pero no será hasta el siglo XVI cuando la población de Sieteiglesias experimente un gran crecimiento que se extenderá durante to el siglo XVII, unida a la ampliación del casco urbano. Sin embargo, a medida que avance el siglo XVIII, la economía del pueblo irá decayendo hasta contar con una población de nada más que 19 vecinos. Aunque la población se recuperó algo durante el siglo XIX, la cifra siguió siendo muy baja lo que determinó la decisión de unir el pueblo a los otros dos municipios de Navas y Lozoyuela, que habían sufrido un proceso de despoblamiento similar.

En cuanto a nombre del pueblo, éste no se debe a la presencia de siete iglesias ya que únicamente cuenta con la iglesia de San Pedro Apóstol, del siglo XVII. Por el contrario, parece ser que sí que existían varios eremitorios o altares, como los existentes en el entorno del monasterio de La Cabrera, y que esto habría sido, junto con la necrópolis, el motivo de la elección de dicho nombre como si de un lugar sagrado se tratara. En lo tocante al siete, se trata de un número sagrado y cargado de gran simbolismo dentro de la tradición cristiana.

- ACCESO, HORARIOS E INICIO DE LA RUTA:

Sieteiglesias se sitúa junto a la Sierra de La Cabrera, en el Km. 66 de la carretera A-1 que une Madrid y Burgos. Para acceder al pueblo, lo más sencillo es hacerlo a través de la A-1 y tomar la salida 66, a Lozoyuela. A 300m. de la salida nos encontramos con una rotonda, seguimos en dirección Sieteiglesias y El Berrueco y unos 2 km. después llegamos al pueblo.

Dado que la ruta trascurre al aire libre no hay una franja horaria concreta para realizarla y se puede recorrer fácilmente a cualquier hora del día y época del año. Sin embargo, si se quiere visitar la necrópolis habrá que tener en cuenta que esta se encuentra en un recinto vallado en torno a la iglesia del pueblo y que para acceder al interior solo se podrá de lunes a sábado en horario de 10:00 a 14:00h. y los domingos de 11:00 a 14:00 previa reserva en la Oficina de Turismo. Para reservar se puede contactar en los teléfonos 918694129 y 671545951 o en el correo electrónico turismoozoyuela.com. La entrada cuesta 1€, pero los menores de 12 años entran gratis.

La ruta parte del propio pueblo, donde antes de comenzar la caminata se puede visitar la iglesia, la necrópolis y el propio municipio en sí, ejemplo de arquitectura tradicional de los pueblos ganaderos de la zona y que además cuenta con tres potros de herrar muy bien conservados. Esta construcción típicamente serrena, está compuesta por cuatro pilares de piedra unidos entre sí por troncos y cubierta por un techado. Esta estructura servía para sujetar a los caballos, burros e incluso vacas y facilitar así la tarea de ponerles las herraduras o curarlos. Los tres potros de herrar de Sieteiglesias están ubicados muy cerca de la antigua fragua, actualmente convertida en bar, que se encuentra en la plaza de la Constitución.

La ruta en sí dura poco menos de 1h. y tiene una longitud de 5 km. entre la ida y la vuelta, si se sale de Sieteiglesias. Otra posibilidad es empezar desde Lozoyuela e ir andando hasta Sieteiglesias, durante unos 3 km. en paralelo a la carretera M-131 que une ambos pueblos, por el camino viejo de Torrelaguna o siguiendo el cauce del Arroyo Recombo, lo que nos permite ver los restos del antiguo molino harinero del municipio.

- LA NECRÓPOLIS DE SIETEIGLESIAS Y EL CAMINO AL "PUENTE ROMANO":

Dado que la vista a la necrópolis se realiza previa reserva, nosotros decidimos contactar con la oficina de turismo y acordar la visita con suficiente tiempo de antelación como para poder realizar la ruta hasta el puente y volver al pueblo antes de ir a la necrópolis. De esta forma, la persona que nos guió en la visita también pudo disponer de tiempo para acercarse al pueblo.

La ruta al puente romano discurre en primer término en paralelo a la carretera M-131 en dirección a El Berrueco. Unos pocos metros más adelante, de la margen izquierda de la carretera sale un pequeño sendero que seguiremos a partir de este momento.

Imagen: el camino hacia el "puente romano de Sieteiglesias".

En la primera bifurcación del camino tomamos la senda de la derecha, descendiendo hasta las márgenes del arroyo Jóbalo para luego seguir el curso del agua hasta el puente. El paisaje, que hasta entonces había sido de dehesa, cambia por un bosque de ribera, donde proliferan los alisos y abedules, los fresnos, las corujas y las collejas.

Imagen: el bosque de ribera del Arroyo Jóbalo. 

Algo menos de medio kilómetro después llegamos hasta el puente. Popularmente conocido como puente romano, en realidad esta construcción no es de aquella época. En concreto, fue erigido en la Edad media, sobre el arroyo Jóbalo, en el camino que unía el antiguo municipio de Sieteiglesias con El Berrueco. De hecho, este puente servía como división territorial entre ambas localidades y en una de las piedras del arco todavía es visible la cruz tallada que marca exactamente dicha separación.

El puente es robusto, de piedra, presenta un solo ojo con arco de medio punto típico del románico y está ubicado en un entorno muy valioso, donde el agua y la vegetación de ribera son protagonistas. Según diversos autores, fue el único puente de piedra en el medievo para el acceso a la Meseta Norte, por lo que era un punto estratégico, tanto militar como comercial.

Sin embargo, a lo largo de los siglos el puente ha sufrido mucho y la construcción que ahora vemos no es sino el resultado de los trabajos arqueológicos y de restauración llevados a cabo por la Dirección General de Patrimonio Cultural de la Comunidad de Madrid, en el marco del "Plan de Actuación Sobre Puente Históricos de la Comunidad de Madrid". Los trabajos consistieron en dos etapas de actuación sobre el puente: una primera etapa en la que se trabajó sobre la consolidación y la restauración de los elementos más degradados que amenazaban ruina; y una segunda, dedicada a trabajos de cantería y adecuación del entorno del puente para su visita. De hecho, toda la ruta se encuentra jalonada de carteles informativos, facilitando la visita por libre de este lugar con tanto encanto.

Imagen: el "puente romano".

El camino continúa hasta El Berrueco, y una vez que cruzamos el puente y subimos la colina puede verse a mano izquierda una torreta medieval, utilizada en su tiempo para contabilizar los carros y cabezas de ganado que cruzaban el puente en los días de mercado. Poco después volvemos al paisaje de dehesa, donde se pueden admirar los campos, el ganado y las colonias de rabilargos que habitan por la zona.

Imagen: la Dehesa de Sieteiglesias, vaquitas y la Sierra al fondo.

De vuelta en el pueblo, se puede admirar la iglesia de San Pedro Apóstol, ubicada sobre un impresionante roquedal en el centro del pueblo, que acentúa su majestuoso porte. Data del siglo XVII, aunque hay estudios que apuntan que fue erigida sobre una edificación anterior. La Guerra Civil ocasionó grande daños, por lo que hubo de ser reconstruida.

La iglesia es de mampostería con sillares para reforzar algunos de sus elementos, y presenta unas líneas arquitectónicas sencillas y sobrias. Tiene una sola nave rectangular, con un arco triunfal que marca el inicio del presbiterio que está elevado respecto a la nave y con un coro a los pies. El pórtico de acceso, con dos columnas clásicas, y la sacristía se adosan al lado de la epístola. Al lado del evangelio y la cabecera de la iglesia lo que se adosa es la necrópolis, dentro de un recinto vallado, que invade el roquedal.

Imagen: Iglesia de San Pedro Apóstol de Sieteiglesias.

La necrópolis forma parte del Plan de yacimientos Visitables de la Comunidad de Madrid. Los trabajos realizados desde 2001 hasta la actualidad hablan de una cronología del sitio que abarca toda la Alta Edad media, pudiendo corresponder a las repoblaciones que tuvieron lugar en esta zona entre los siglos IX y XI. Se han localizado algunas tumbas excavadas en la roca de similares características en otros municipios de la Sierra Madrileña como El Boalo, Cerceda, Colmenar Viejo, Becerril, etc. Muy similar es también la Necrópolis de la Iglesia de Prádena del Rincón, de la que hablamos en nuestros post sobre la Ruta del Agua.

Imagen: Necrópolis de Sieteiglesias.

En el conjunto de la necrópolis se distinguen dos tipos básicos de tumbas: las tumbas antropomorfas excavadas en la roca y las tumbas de lajas o cista. Estas sepulturas están relacionadas con costumbres de comunidades cristianas autóctonas. Son un tipo de tumbas que generalmente no se encuentran asiladas, sino que acostumbran a formar grupos, por lo general familiares, próximos a alguna iglesia. En relación a estos grupos destaca el llamado Tumba de los Reyes, formado por dos sepulturas excavadas en una roca más pequeña y separada del resto. En este grupo destaca también un pequeño nicho destinado a albergar las ofrendas a los muertos.

Imagen: Tumbas antropomorfas en la necrópolis.

Hasta el momento se han identificado unas 50 tumbas, generalmente orientadas de este a oeste. Aun así, existen determinadas fosas con una orientación distinta que la tradición identifica como un castigo para los ajusticiados.

- OTROS PLANES POR LA ZONA:

Como la del puente es una ruta muy facilita y corta, lo más probable es que os quede día de sobra una vez la hayáis terminado. Por eso, es dejamos una serie de sugerencia, de cosas que podéis hacer y visitar en los alrededores. Así, el día será más completo.

Lo más sencillo es ir hasta el pueblo siguiente, El Berrueco, donde podréis admirar la arquitectura tradicional de la zona en su Museo de la Piedra al aire libre. El pueblo se encuentra salpicado de antiguas piezas y herramientas en piedra, como ruedas de molino, abrevaderos, sillares y mampuestos y los omnipresentes potros de herrar. Además, desde la iglesia del pueblo, cuya plaza está coronada por tres cruces también de piedra, podréis admirar unas preciosas vistas del Embalse del Atazar.

Si lo que buscáis son buenas vistas y un poquito más de historia, seguid la M-131 hacia Torrelaguna y tomad el desvío de la izquierda poco después de salir de El Berrueco, hacia El Atazar por la M-133. Las curvas de la carretera os llevarás ascendiendo la colina por las márgenes del embalse. Poco antes de llegar a la cima, hay un desvió a la derecha. Está un poco escondido y es probable que os lo paséis, pero lleva hasta una de las atalayas mudéjares que jalonan la sierra de Madrid en esta zona y os permitirá tener una impresionante panorámica 360º hacia el embalse al norte y hacia Madrid al sur, ¡y si tenéis buen día se ven hasta las Cuatro Torres!

La atalaya musulmana de Torrepedrera es una de las torres que pertenecían al sistema de vigilancia entre Talamanca de Jarama y el paso del Puerto de Somosierra durante el emirato de Mohamed I de Córdoba. De este sistema se conservan cuatro atalayas que son las de El Berrueco, Torrelaguna, Venturada y El Vellón.

La atalaya de El Berrueco se encuentra situada en lo alto de un cerro de 1030 m. de altura, está restaurada en su totalidad y destaca por el empleo de una piedra de tipo pedernal formada por grandes trozos casi sin desbastar. Tiene forma troncocónica, con su primer piso relleno y el segundo a 2,25 m. de altura. Si tenéis suerte podréis subir a su cima y ver volar a los abejarucos, pero no os lo recomendamos si vais con niños pequeños, ya que tanto la subida como la bajada es compleja y en el piso superior no hay ningún tipo de sistema de seguridad.

Si os ha gustado la experiencia, existe una ruta por los castillos, fortalezas y atalayas de la Comunidad de Madrid que también os recomendamos.

Por último, y bastante más sencillo, podéis acercaros hasta Buitrago de Lozoya si salís de vuelta a la A-1. El pueblo cuenta con un importante y muy bien conservado casco antiguo medieval que cuenta con un recinto amurallado jalonado de torres, entre las que destaca la Torre del Reloj, la iglesia de Santa María del Castillo y el Castillo de los Mendoza, del siglo XIV-XV. Además en el pueblo se encuentra un curioso Museo Picasso que es muy recomendable.

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